Acudir a la terapia es sólo el primer paso. Aquí tienes algunos consejos para obtener resultados que te cambien la vida.
Has dado un valiente salto cuando has decidido hacer terapia para mejorar. Aunque se merece estar orgulloso de haber cultivado su salud mental, hay más trabajo que hacer para asegurarse de que su viaje terapéutico sea lo más curativo posible.
No te limites a acudir, pagar el copago y dormirte en los laureles. Te mereces ponerte a trabajar para lograr la tranquilidad y el bienestar mental. Puedes seguir estos pasos para sacar el máximo partido a tu terapia y ayudar a tu terapeuta a ayudarte.
Encuentra ánimo y apoyo a través de estos consejos de PSICOPARTNER que se enfrentan al trastorno depresivo mayor:
1. Elige con cuidado
Pedir ayuda es absolutamente encomiable. Pero no te conformes con el terapeuta cuya consulta está al final de la calle por pura comodidad.
Para tener éxito en sus sesiones de terapia, querrá que le guíe un profesional adecuado para abordar sus preocupaciones. Tenga en cuenta lo siguiente cuando intente encontrar el terapeuta adecuado para usted.
Especialización: Algunos terapeutas reciben certificaciones específicas para un determinado grupo demográfico o acontecimiento de la vida. Las certificaciones que pueden ser útiles para iniciar su búsqueda incluyen:
- Terapeutas de pareja
- Terapeutas de duelo
- Terapeutas de trauma
- Terapeutas de adicciones
- Consejeros de divorcio
2. Maneja primero el lado comercial de la terapia
Cuando te sientes cara a cara con tu terapeuta, no dejes que cosas como tratar de acordarte de validar el aparcamiento o la tarifa de bolsillo de la sesión te distraigan del importante trabajo que estás haciendo.
Antes de acudir a su primera cita, asegúrese de haber aclarado cómo pagará usted o su seguro la terapia y durante cuánto tiempo. Ponga toda su atención en la ayuda que necesita durante su cita con el terapeuta.
3. Vea la terapia como una colaboración
La terapia no es un deporte para espectadores. Una vez que esté en una sesión con su terapeuta, su camino hacia el bienestar es un esfuerzo de equipo. Tu terapeuta puede ser el guía, pero tú tienes la responsabilidad de abrirte a los aspectos difíciles de tu vida.
A veces la gente tiene miedo de dejar que el terapeuta guíe la sesión y a veces la gente tiene miedo de comprometerse demasiado con las preguntas del terapeuta.
4. Programar las sesiones en un buen momento
La vulnerabilidad es agotadora. Y cuando realmente te pongas a trabajar para mejorar tu mente y tu situación, estarás profundizando para exponer tu mundo interior y desvelar partes difíciles de tu vida.
Elige un momento en el que tengas espacio mental para estar presente con tu terapeuta. No puede ser al final de una jornada laboral agotadora.
5. Diga cualquier cosa en la terapia
Puedes decir lo más difícil. Si te cuesta abrirte a los traumas, los sentimientos negativos y los hábitos que te hacen sentir avergonzado, no estás solo. Pero verbalizar tus luchas es fundamental para el beneficio terapéutico.
Para ayudarme a ayudarte, es bueno que te retes a ti mismo a sacar a relucir las cosas que estás deseando no sacar. No hay nada demasiado vergonzoso, embarazoso o tabú para hablar en terapia.
6. Habla de la terapia en la terapia
Cuando expones tus sentimientos más íntimos en terapia, es normal que experimentes miedo y estrés intensos. Estás comprando un método de curación y puede que tengas algunos «remordimientos del comprador». También puedes utilizar la terapia para hablar de esos sentimientos. En lugar de alejar estos sentimientos negativos, reconócelos de frenteFuente de confianza con tu terapeuta para tener oportunidades de reflexionar.
Está bien y suele ser realmente útil hacer preguntas a tu terapeuta, especialmente preguntas sobre cómo estamos haciendo el trabajo de la terapia juntos, la estrategia de las sesiones y la relación terapéutica.
7. Establecer puntos de referencia para el cambio
La psicoterapia no es una solución en línea recta a sus problemas. Piensa en ella como un proceso que construye hábitos y patrones de pensamiento constructivos. Cuando vuelvas a caer en viejos procesos de pensamiento, no te castigues.
Los puntos de referencia establecidos por ti y por tu terapeuta te darán margen para cometer errores, por lo que no tendrás que volver a empezar desde cero después de cada tropiezo. Puedes avanzar de forma imperfecta.
8. Haz el trabajo fuera de tus sesiones
La sesión de terapia no debería existir en el vacío. Poner en práctica las herramientas que has aprendido en la terapia en tu día a día es la mejor manera de ver tu crecimiento personal.
Si te preguntas qué hacer entre las sesiones de terapia, pregúntale a tu terapeuta sobre las formas prácticas de llevar la terapia fuera de los confines de vuestra reunión de 50 minutos.
9. Establece límites en torno a la terapia
La terapia es realmente tu espacio seguro. A veces, tendrás que proteger ese espacio de los demás. Los amigos y familiares bienintencionados pueden preguntar de qué hablas en la terapia. Sin embargo, no te sientas obligado a divulgar lo que sucede en tus sesiones de terapia.
Lo que hablas con tu terapeuta está pensado para ayudarte a ti solo. Compartir esa información confidencial con otras personas fuera de la sala de terapia puede exponerle a críticas y opiniones innecesarias que no favorecen su curación mental.